miércoles, 21 de julio de 2010

Los ruidos del Titanic

A mi hermanita Agus le gusta la música, creo que en algún punto tanto como a mí. Cuando agarro la guitarra, y ella anda cerca, se viene un rato conmigo y me pide canciones.

Esta noche escuchó la guitarra y vino. Después trajo la suya para que se la afine. Estaba en eso cuando me dice:

- ¡Basta de hacer eso ruidito que me da miedo!

- ¿Qué te da miedo?

- El ruidito ese: tin-tin, tiiin-tin.

- Y… ¿por qué te da miedo?

Con voz entrecortada me grita: - ¿No te das cuenta que me hace acordar al Titanic, cuando los viejos esos tocaban y se cayeron todos a la mierda?

No pude evitar la carcajada, y me miraba como diciendo: ¿qué te pasa? Definitivamente su capacidad de hilar ideas va cada día mucho más allá.

Tema de debate: el día del amigo

El día del amigo sirve como excusa para que se reúna, aunque sea una vez al año, mi grupo de amigos. Generalmente el “festejo” se arma el 19 a la noche, ya que el 20 es el cumple de Chito y es un clásico seguir con el festejo allá.
Este año volvió a suceder y estuvo muy rico todo.
Llegó el miércoles y nos agarró con todas las consecuencias de tanto festejo. Entre medio del cansancio y la torta a medio comer salió debate de tipo ideológico-filosófico a cerca del día del amigo.
Como en cada desencuentro, había perspectivas muy diferenciadas:
Por un lado, los que sostenían que no se bancan los “día de”, y que el fin último del día del amigo era sólo comercial, ya que el día del amigo es todos los días, que vos le podés demostrar al otro el mar de sentimientos que sentís por él en forma dosificada sin llegar a la cursilería generada en el día en que se celebra la llegada del hombre a la luna.
Por el otro, estaban lo que sostenían que el día del amigo era comercial o no de acuerdo a como lo interpretaba cada uno, que estaba muy bueno que un factor externo a las personas despierte sentimientos y cosas buenas y que en medio de tanta cosa mala algo bueno era muy considerable, que no está tan mal que una fecha te haga recordar y resignificar sentimientos y llevarlos a la expresión concreta.

Después de estar más o menos clarificadas las posiciones lo del primer bando atacaron al segundo porque para ellos era muy triste que algo externo te genere sentimientos y bienestar sin que uno tenga la capacidad de generar esas cosas internamente. Los del segundo grupo reargumentaron su postura y el debate siguió.

Mientras tanto yo, los seguía con la mirada. A esa altura del partido no me daba el cuerpo ni la mente para seguirlos. Y mi postura aún no está clara, tampoco me dan ganas de clarificarla, mis neuronas están de vacaciones…
Aunque es claro que cada festejo siempre termina con una discusiuón-conslusión.

jueves, 15 de julio de 2010

¡Auxilio! Mi casa es una granja

Mi viejo volvió del sur el lunes. Estuvo laburando allá. El muy piola, no tuvo mejor idea que pasar a buscar el martes, a mi hermanita menor (Agus de 7 años), al instituto de inglés y llevarla a consentir sus caprichos.
Resulta que la “nena” tenía ganas de tener una nueva mascota. Se ve que con el perro, los peces, los conejos, y los pájaros que supieron haber no le alcanzó a la pobrecita, y esta vez quería pollitos.
La idea la sostenía desde hace más de un mes. Pero todos entendíamos que no le iban a dar bola. Nos equivocamos.
El martes a la noche cayó con una caja con cuatro pollitos, tres rubios y uno negro. La consigna era que se quedaban al lado de la estufa del living porque necesitaban suplantar el calor maternal porque de lo contrario morían.
Imagínate el ataque de histeria de Chivi (mi hermana mayor) Tenía que estudiar y el pio-pio era una constante desde las 6 hasta las 20.30 y elevado a la cuarta potencia.
Claro, obviamente yo también me saqué, y las discusiones giraron entorno a los bichitos estos, que son muy lindos de jóvenes, pero... te quiero ver en un par de meses.
Hoy es jueves a la noche, ahora están callados, porque duermen calentitos los forros. Pero mañana otra vez se van a llevar el protagonismo del día, porque la decisión parece ser firme: se van a seguir quedando.
Chiviiii, la tenemos adentroo!

miércoles, 14 de julio de 2010

Entrevista Nº 1000

Definitivamente el mercado laboral no quiere abrirme las puertas.
Estoy recién llegadito de una nueva entrevista laboral, la resignación abunda.
Me levanté a las 6.30, esperé 40 minutos el colectivo, viaje como sardina el lata, me cagé de frío, me mojé, encima llegué tarde. Y me volví diciendo: Tanto… ¿para qué?

Esta vez fue una FM, con aires de remodelación, de innovación que nos llamó, a mí y a Danilo, además de un grupito más de jóvenes periodistas. Como en todos los medios que visité, el sueldo está medio ausente, y las propuestas poco claras.
Lo peor fue que estuvimos dos horitas hablando en torno a ideas vagas de proyectos futuros en aquel medio. Dos horas para que diga: “Bueno, los llamo la semana que viene.”

Probé de kiosquero, de cajero, de empleado de comercio, de periodista también. En fin… nunca se concretó nada
Seguiré esperando mientras tanto entre las copias de historia de la UNS.
Lo siento vieja, me tenés que seguir bancando no más.

martes, 13 de julio de 2010

Hormiga volvéee

Está lloviznando, pronostican agua nieve o posible nevada para el sur de la provincia de Buenos Aires. Hace un frío de cagarse. Sin embargo tengo que irme, una reunión pautada la semana anterior me espera en el otro borde de la ciudad.
(Mi auto está en el taller, desde que tengo memoria. Por lo tanto, mi medio de transporte es el colectivo.)
La línea que me deja en esta oportunidad es la 503, voy con mucha paciencia a esperarla. Llegué a la parada y comienzan a pasar los minutos. En total: 55.
La vena del cuello se me hinchó de tal forma porque siempre es la misma historia. Entonces, pegué media vuelta y a casa otra vez. Bajo la lluvia no me quedó otra que pedir disculpas por celular porque ya no llegaba ni en avión.
Si bien ya me pasó, esta vez me desquició. Definitivamente NECESITO mi auto (hormiga, lo bautizaron un par de amigos). Ya no aguanto más el chiflido constante en cada viaje con las “modernas unidades”. No tolero viajar parado por toda la ciudad. Me revientan los comentarios que se escuchan entre el ruido de los celulares explotando de cumbia villera, que en el mejor de los casos en alguna oración colocan una “s” final, y le quitan un articulo a algún sustantivo propio.
Como dice Ale: “Me cansé de ser pobre”.
Aunque, es lo que nos toca. Adaptarse y sobrevivir es la consigna, o eso dicen.

miércoles, 7 de julio de 2010

El que se va sin que lo hechen....

...definitivamente vuelve sin que lo llamen.

Gente, volví. Y esta vez es para quedarme (al menos eso espero).

Mi ausencia fue producto de la ausencia primera de Speedy de mi casa. Después de algo más de un mes volvió, y yo hago lo propio en mi blog.

Como extrañaba estooo...