La historia alumbró a
Se sabe que el hombre es capaz de modificar sus conductas a través del proceso de aprendizaje. Si la historia es una construcción humana, consecuentemente el hombre con su accionar es capaz de modificarla, incluso radicalmente. Vaya si en estos doscientos años, no encontramos claros ejemplos de esta situación en nuestro país.
Estos procesos de cambio tuvieron una principal característica: respondieron a intereses sectoriales y particulares. Pocas veces se proyectaban al crecimiento y estabilidad de los argentinos. No supo reinar el consenso, pero sí determinados personajes. A las claras están las consecuencias, aún en la actualidad seguimos sobrellevando errores cometidos.
Claro está que no todo fue desarrollado negativamente, nuestro país tuvo sus momentos de “gloria”: supo ser el granero del mundo, el estado con mayor índice de educación en Latinoamérica, la cabecera del MERCOSUR.
Sin embargo, el destino de
Después de doscientos años, la situación es bastante similar. Argentina sigue en la búsqueda constante de saber cual es el lugar que le compete en el mundo, en la historia. Las políticas implementadas se orientan todavía, incluso inconscientemente, a este fin. Lejos están de querer proyectar la estabilidad social, y se rigen por una idea vaga de progreso, ya que éste solo se logra dentro de determinado sector y la desigualdad sobreabunda.
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