La lluvia de la noche sirvió de medio para despertar algo que estaba dormido hasta el momento, o al menos en reposo, en silencio.
El mismo día de 2009 a la noche, también llovió. El agua en este tipo de jornadas además de mojar, suele buscar un destino, si logra no estancarse. Su arrastre va dejando el terreno modificado, y de a poco da lugar a lo nuevo.
La novedad a la vista, a lo mejor es fruto de algo que ya existió, pero que la arena de los años impedía ver. Sin embargo está presente, y hoy también forma parte de la realidad.
Señores, reapareció mi blog. Es hora de retomar los canales de expresión independiente, que no se deberían silenciar jamás.
Vamos a ver que sale…