jueves, 10 de diciembre de 2009

Pasaporte a diciembre, se busca

Estamos en diciembre, que raro, todo me resulta tan raro. Más allá de que mi psiquis esté situada en el mes de septiembre, por eso hoy no siento los síntomas del último mes del año, tampoco el clima me acompaña. ¿Dónde está el calor? Ojo! No soy un fanático, solo que para esta época del año la temperatura solía estar más elevada.
Sí, ya se, ahora saltan los ambientalistas justificando este estado raro con otras problemáticas: el cambio climático producto del calentamiento global, la contaminación, la sequía que sufre este sector del globo, en fin.
Sin embargo, hay dos cosas que me ubican en tiempo y espacio. Las dos ocurren en la primera mitad del día:
La primera sucede ni bien me levanto. Llego a la cocina y al pasar veo la última adquisición de mi familia: el arbolito de navidad. Más que arbolito diría arbolón, es más alto que yo, de color blanco y con todos los brillos, decorado con bolas azules y moños plateados. Sin duda, su figura es imponente en mi living, demasiado lujo. Así que cada mañana, interiormente mi cabeza procesa el objeto y realiza una relación con fin de año.
La segunda cosa, y esta me hincha las bolas, ocurre cuando me siento a almorzar, con el noticiero local de fondo, y no escucho más noticias que las despedidas de fin de año de las diversas instituciones locales. No hay nada que me hinche más que ver a los noticieros transformarse en un panfleto del gobierno municipal, exponiendo cada una de las despedidas que desde allí se organizan para los distintos sectores de ciudadanos con los que trabajan. Así aparece la división de adultos mayores con sus porras y “bailes”, la división juvenil y los deportes, los discapacitados, y todas las actividades sociales que realizan.
En torno a esto, armamos una discusión en el comedor. La cuestión era determinar que tan buenas eran las despedidas, si valían la pena o servían para algo. Como en otros temas, también en este, cada uno tiene su mirada, su perspectiva, asíque quedó a libre criterio de cada uno.
Mientras tanto, sigo buscando un viaje a diciembre.

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